Una mujer que va sentada en el bus:
«¿Aló?», el grito apaciguó el resto de los sonidos dentro del bus. «¿Aló? Mira yo soy la dueña del celular. ¡Qué soy la dueña del celular! ¿Cómo vamos a hacer? Yo ahorita estoy por la cancha. ¿Tú donde estás?»
«¡Dile que tú sabes que es el de camisita roja!» interviene otra señora que está de pie.
«¿Entonces cómo vamos a hacer… para el rescate?», continúa la mujer al teléfono.
«¿Le vas a dar plata?» dice la mujer a su lado. «Manda a suspender esa vaina, ese teléfono no es de chip».
La mujer al teléfono dice:
«¿Cuánto? ¿Treinta y cinco?»
«¡Cuélgale mijita que me vas a gastar el saldo!».
«Eso no te va a servir» dice, «si lo suspendo no le vas a poder meter chip».
La llamada termina. Le entrega el teléfono a la señora que va a su lado y dice: «y que treinta y cinco».
«’Ta loco. Yo le hubiese dicho que se lo metiera por el culo, que es pa’ lo único que le va a serví».
«Le hubieses dicho que sabías que era el de la camisita roja. Es más le hubiese dicho que le ibas a tener la plata lista y cuando apareciera le caíamos a coñazos al marico ese».
Todas ríen.